24 mayo 2011

Dos, tres o más, ese no es el problema

Resaca electoral. Pese a la debacle electoral todos tratar de justificar con mayor o menor fortuna lo que en la inmensa mayoría de los casos no es sino producto de las circunstancias más que de la acertada gestión en la motivación del electorado.
Continuamos sufriendo el péndulo de las elecciones, esta vez inclinado a la opción del Partido Popular, quien mejor haría en no creerse en demasía este cambio de tendencia en el voto.

Visceralmente, ideológicamente, o por comodidad, simple y llana, España, como bien lo indica Manuel Llamas en su artículo, sigue siendo de izquierdas.
La mayoría de la población que reside en España mantiene desde hace décadas, por no decir generaciones, un ideario netamente socialista. Es decir, una ideología política que, más allá de las típicas siglas partidistas, defiende la figura paternalista del Estado, la redistribución de la riqueza mediante impuestos progresivos, el aumento del gasto, las pensiones públicas, una educación y sanidad estatalizadas, las rigideces del mercado laboral, las políticas de subvenciones y prestaciones públicas o la aspiración profesional de convertirse en funcionario, entre otras características típicas del Estado de Bienestar.
En España, lo liberales son minoría entre las minorías. Eso de pretender que cada quien se resuelva la vida como buenamente pueda, no es muy políticamente correcto. Nos gusta desahogar nuestro desencanto, nuestras frustraciones, contra los bancos, el gobierno, que no estado, los ricos, los empresarios, la sociedad. En fin, contra cualquier ente abstracto que sirva para justificarnos sin necesidad de hacer autocrítica.
Exigimos cambios en el gobiernos, cambios en la actitud de los políticos, cambios en los jueces, cambios en los funcionarios, cambios cuanta tercera persona existe, siempre y cuando no involucre un "yo", un "nosotros"; porque en España ni "yo", ni "nosotros" tienen cualpa de nada, son víctimas, espectadores del acontecer diario.
Si pretendemos cambios debemos empezar por cambiar, primero, cada uno de nosotros y convertirnos en entes activos, de actores del teatro de la vida, tomar actitudes más proactivas.
Hay un dicho budista:antes de salir a poner orden en el mundo, da tres vueltas por tu casa.
Podemos quedarnos en el sofá de casa, esperando otros cuatro años o podemos actuar como ciudadanos responsables, como contribuyentes y empezar a tomar conciencia de que el dinero que administran los políticos sale de nuestros bolsillos (de todos sin excepción; usted paga IVA por la electricidad, el gas y el pan). Y que, justamente por salir de nuestros bolsillos debemos entender, de una vez por todas, que el Estado de Bienestar no es gratis!.
habrá tantos partidos políticos como grupos se sientan en capacidad de defender y administrar nuestros intereses; que sean dos, tres o cien no cambia en nada el hecho que ante la apatía colectiva, se limitarán a hacer lo que consideren oportuno, que no necesariamente coincidirá con lo que deseamos.
Así que la próxima vez que escuche hablar de subvenciones, piense en lo que le ha costado ganar su sueldo y después vea a quién se lo están regalando y para qué? Piensa seguir plácidamente en el sofá?

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