19 octubre 2010

Subasta de presupuestos de la Nación

El presidente del reino de España, esta península ibérica sumida en una extraña pesadilla de desencuentros lingüísticos y de identidades regionales ha decidido llevar a subasta el Presupuesto General de La Nación, siendo los ganadores de dicha subasta los nacionalistas vascos (PNV) y los canarios (CC).

Para ello el Sr. Rodríguez Zapatero no ha escatimado esfuerzos y no ha reparado en costos a fin de lograr mantenerse en el gobierno hasta finalizar su legislatura. Con qué finalidad? Aparte de no soltar el bastón de mando no encuentro otra explicación, ya que no se ve por ninguna parte un proyecto, bueno o malo, a implementar ante la que nos está cayendo.

Parece que si le cambiamos el nombre a las provincias españolas, la economía repuntará, o si efectuamos, ahora sí, las transferencias que se habían aprobado hace décadas, todos salimos en la foto y tan contentos. Y la pregunta que queda en el aire es si  todo lo pactado  es lo dicho o si de lo pactado falta algo por decir, porque ya el bueno de Otegui ha vuelto a enarbolar la bandera de la concordia y el buenismo etarra.

Mientras tanto las reformas necesarias brillan por su ausencia, al igual que la oposición. Y no me refiero aquí al Partido Popular, que aun siendo mayoría como oposición, no es el único de esta condición. Aquí cada quien saca números ante as próximas elecciones regionales tratando de arrimar la brasa a su sardina y al ciudadanos español que se limite a votar, que para eso está, según los partidos políticos. Las políticas proteccionistas, del mínimo esfuerzo siguen estando a la orden del día. La receta socialista de reparto de la riqueza sigue imperando en el ideario "progre", olvidándose de que esa riqueza primero debe ser creada para poder ser repartida. Apuntamos a la estrategia de siempre, el beneficio inmediato, ganar votos a como de lugar, después ya se verá!!

La subvención, el manejo de la economía a punta de leyes, más impuestos y más gasto improductivo, dejando fuera el mercado, la competencia y la productividad traerán, como ha ocurrido siempre, mas pobreza. El número de bajos comerciales cerrados, empresas en con expedientes de regulación de empleo o simplemente quebradas aumenta cada día más mientras los complacientes sindicalistas miran hacia otro lado y demandan que la "explotadora clase empresarial" no se aproveche de la crisis.

Me pregunto si volveremos a los tiempos de la "protección de la producción nacional", de los aranceles, el patriotismo rancio y el exacerbado control gubernamental sobre el ciudadano y su maltrecha economía.

Qué lamentable que en este país pasemos tan olímpicamente de la política cotidiana que es, a fin de cuentas, lo que nos joroba la vida. Con un gobierno despilfarrando lo que no tenemos. Hipotecando ya no nuestro futuro sino el de nuestros hijos. Con unos ministros que dan cada día mayores muestras de incapacidad, donde lo mediocre se impone, mucho me temo que el futuro de nuestra España plural será una singular emigración, una vez más.

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