25 septiembre 2010

Venezuela está de parto

Venezuela está de parto y es múltiple. Son nada más y nada menos que 165 diputados a la Asamble Legislativa los que deberá parir este próximo domingo, es decir, mañana mismo.
Una variopinta oposición, esta vez algo más unida, plural, que ha aprendido que dejarle a los bolivarianistas vía franca para aprobar por aclamación todas y cada una de las ideas del caudillo no resuelve nada e incrementa el caos en un país tomado por el hampa, con unos pésimos servicios públicos y casi nula infraestructura, donde conseguir un trabajo sin pagar peaje al estado es cada vez más difícil.
Más de quince millones de personas deberían acercarse a los distintos centros de votación a fin de definir la nueva composición parlamentaria que, en esta ocasión, promete estar algo más equilibrada aun cuando según los distintos sondeos de opinión, todavía tendría una mayoría "rojo-rojita" pero no ya la aplanadora de estos últimos años.
Chávez ha planteado, como siempre, estas elecciones como un plebiscito en el que se juega el destino del caudillo, de la nación y de los venezolanos más pobres y desamparados a quienes él ha asistido con su revolución bolivariana.
Chavez cuenta en Venezuela con algo más del 35% de los votos definidos y va a depender mucho de la apatía que pueda mostrar sus seguidores a la hora de ir a votar. Sus círculos bolivarianos forzarán al extremo a la gente a que vote y habrá amenazas, veladas o no, para quien no responda.
Su giro hacia el Castro-Socialismo puede empezar a pasarle factura. Los simpatizantes de Chávez no ven, en su mayoría, con buenos ojos la injerencia cubana en los distintos estamentos del estado. Médicos, militares y diversos gremios han manifestado en más de una ocasión su malestar.
Los venezolanos han vivido siempre bajo la burbuja socialista, con adecos, copeyanos e incluso don el chiripero de Caldera. Lo que no están dispuestos es a tener que emplear una cartilla de racionamiento o ver como los altos funcionarios del estado llevan una holgada situación económica mientras el pueblo está "ladrando".
A partir del próximo domingo, para bien o para mal, las cosas ya no serán iguales y lo más probable es que Chávez radicalice, más aún  su discurso, y comiencen a abrir causas fantasma a no pocos miembros de la oposición, exigiéndoles a estos un comportamiento que no se exigirá, en igual medida, a los del PSUV. La semana próxima probablemente empiece a conocerse datos sobre la información obtenida tras el último gran golpe contra la guerrilla colombiana y nada tendría de extraño que aparaciesen nuevas pruebas de la implicación de Chávez o altos cargos del estado con la guerrilla.
Esperemos que el domingo sea día de celebración, que el parto resulte sin dolor, que el PSUV de Chávez reconozca las derrotas parciales, que las habrá y no serán pocas, y que la oposición sepa conciliar ánimos y ganarse a los que, por ahora, no les votaron.

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