28 septiembre 2010

Venezuela está de fiesta

Venezuela está de fiesta. Si no toda, al menos, la mayoría. Porque, independientemente de los arreglos y desarreglos de Hugo Chávez, la inmensa mayoría de los venezolanos voto por un cambio. Votó por la vuelta a la normalidad. Votó por una democracia plural en la que volvamos todos a ser iguales, en la que podamos recuperar el respeto y las buenas maneras para con el vecino. Y votó contra la delincuencia que Chávez no ha sabido o no ha querido controlar. Votó contra la ineficacia de las empresas que Chávez ha nacionalizado. Votó contra el despotismo emanado de todo aquel que tiene un cargo de lo que sea y franelita roja.

El venezolano quiere poder trabajar, hacer dinero y vivir bien. El venezolano votó, sobre todo, contra el sistema del socialismo del siglo XXI, esa copia del comunismo rancio cubano. Un país que ve fugarse a través de sus fronteras a no pocos cubanos venidos de la isla, difícilmente querría ese sistema para su país. Cuando todo el mundo está virando hacia la libre economía, cuando cada vez más gobiernos entienden que la mejor manera de ayudar al ciudadano a lograr la felicidad es dejarle libertad para crear, intercambiar sus productos y valerse por si mismo, el comandante se ha aferrado a la obsoleta idea del sistema centarl comunista. Quizás sea el uno de los pocos que sigue creyendo que la economía y la vida de los ciudadanos se resuelve a punta de decretos e inspiraciones divinas de un caudillo trasnochado.

Pero cuidado, que la victoria no ciegue a nadie, que los vapores de la celebración no nos confunda. Esto todavía no se ha acabado. El animal está herido y se torna, de esa manera, más peligroso. Ahora Chávez tendrá en la Asamblea a quien echar la culpa de todo cuanto no funciones en el país. Les provocará un día si y otro también para llevarles al terreno de las descalificaciones, los insultos, el discurso vociferante, del que él es artífice y mago. Chávez está herido y tratará, como un poseso de aferrarse al poder. Hasta que asuman los nuevos diputados aun pueden pasar no pocas cosas. No nos llamemos a engaños. La oposición tendrá que hilar fino ya que lo más difícil está aun por llegar. Chávez, de todas formas ya no es que fue y no habrá un nuevo "por ahora". Lo lamentable es que Venezuela, tampoco volverá a ser la de tiempos idos. Hoy nos toca empezar a reconstruirla y lo que tenemos que tener claro es cómo queremos que sea.

1 comentario:

  1. De verdad esperemeos que la oposición sepa hacer bien su trabajo y que la reconstrucción sea desde la base y el corazón de todos los venezolanos.

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