08 mayo 2011

Café con malas noticias

Foto-Gratis
Amanece. Nuevo día, misma rutina. Una vez más el café, ese aromático brebaje que nos despierta insuflando energía en nuestros perezosos cuerpos.
Es solo la mitad de nuestro mañanero primer acto ritual. El siguiente será hacernos con una sobredosis de malas noticias. Cuanto peores mejor.
Repasaremos cuántos muertos ha dejado el último atentado cometido por no se que grupo terrorista que nadie sabe bien que es lo que persigue con tales acciones. Siempre hay muertos, sean estos de un conflicto bélico o de una catástrofe natural que nos sobrecogerá por unos instantes haciendo que nos olvidemos de ellos a los pocos minutos, horas o escasos días. Quién se acuerda ya hoy de Haití, de los muertos y heridos de Java, sin dejar de mencionar las guerras olvidadas.
Repasaremos los detalles del último accidente automovilístico en el que unos jóvenes  han perdido la vida. La foto del vehículo destrozado, con algún solitario zapato con restos de sangre es imprescindible. Las últimas pesimistas previsiones de los gurús de la economía pronosticando el fin del estado de bienestar, ratificando la disminución de puestos de trabajo, el cierre de esta y aquella otra importante empresa. El incremento del índice delictivo. Un par de fotos de los, en otros tiempos, probos candidatos electorales y hoy, corruptos funcionarios de la administración pública. Acusaciones de unos y otros sin que se determine un responsable.
El nuevo episodio del escabroso divorcio del actor o actriz de moda, con todo lujo de patéticos y vergonzantes detalles.
Una vez agotado el repertorio de noticias en prensa podemos ya dirigirnos hacia el trabajo y conectarnos a una de las tantas tertulias matinales en las que se deducirá, sin dejar posibilidad de duda, que una de dos o todos estos problemas son producto de un incompetente gobierno y que la oposición ya se encargará de arreglar cuando logre el poder o bien resultará que todos nuestros problemas son prodcuto de la anterior administracion, hoy en la oposición, desde donde sistemáticamente se afanan en poner zancadillas y conspirar contra la buena voluntad de los abnegados gobernantes de turno.
Los tertulianos se enzarzarán en frenéticas discusiones, atropellándose verbalmente unos a otros sin llegar a conclusión válida alguna. Quejas, las mismas de ayer, refritas hoy, maquilladas mañana.
La prensa, la radio, la televisión viene cargada de malas noticias, a las buenas, las pocas que se cuelan, nadie les hace caso.
A qué se debe esa pasión que sentimos por lo macabro, por las desgracias, por retratar y diseccionar publicamente lo más abyecto de nuestra sociedad. A que tanta telebasura. Es lo que demandamos y es, por tanto, lo que nos dan.
Nos hemos convertido en ciudadanos rodeados de información que no quieren informarse. Individuos que se contentan con el morbo de los titulares, con los encabezados que asumirán como sus propias y patéticas quejas: excusas para no actuar.
Delegamos en otros el que nos digan que pensar y cuando pensarlo, nos limitamos a repetir como loros las consignas que nos preparan sin detenernos a analizar su significado. Nos anestesiamos ante tanta barbaria para consolarnos de nuestra patética y mezquina existencia. Para sentirnos menos culpables por no hacer nada.
Así que cuando empieces mañana un nuevo día, por favor, cuando sientas el aroma del café, antes de enfrascarte en la lectura del periódico, de encender radio o televisión, recuerda que eres tú quien decide qué consumir. No vale la pena hacerse la víctima. El poder está en tus manos.
Quizas no pueda arreglar el mundo, escapará de tus manos evitar nuevas desgracias pero si está en tus manos generar esos pequeños detalles que haran más agradable tu vida y la de quienes te rodean.
Las cosas malas no van a desaparecer, pero quizas entonces empieces a fijarte un poco más en las cosas buenas que ocurren tambien, todos los días, a tu alrededor.
Y si de momento los periodistas creen que la buena noticia no es noticia, cada uno de nosotros podemos optar por hacer la buena noticia nuestra noticia.
Que tengas un buen día.

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