22 enero 2011

El poder de las minorías


El actual juego de la política, en esta segunda década del siglo XXI, que recién comienza, nos ha llevado a marginar al individuo, al ciudadano en singular, priorizando la necesidad de las minorías, tan de moda entre la progresía trasnochada.
El ciudadano, como individuo, pertenece a una zona gris, etérea, en los intereses partidistas, salvo que logre identificarse con algún grupo con minusvalía, raza, credo, color de piel, sexo u otro cualesquiera de los diferentes tipos de agrupaciones que pululan en demanda de la atención y subvenciones, de los gobernantes de turno.
Así hacemos leyes para mujeres maltratadas, para homosexuales, para islamistas, para católicos, para minusválidos, pero nos olvidamos del objetivo fundamental que es el derecho a ser iguales ante la ley, sin distingo de raza, credo, u otras cualesquiera diferencias o deficiencias que podamos tener.
Ahora, a fin de defender el “derecho” de los no fumadores, usted, señor fumador que disfrutaba leyendo las noticias deportivas mientras tomaba un café, cigarrillo en mano, con el beneplácito del hostelero, amigo de toda la vida pese a ser del Atlético de Madrid, deberá renunciar a ello a fin de privilegiar a una minoría. Y si, son una minoría los no fumadores que acuden a esos bares y restaurantes en los que se permite, perdón, se permitía fumar. De ser al contrario, el mercado y su mano invisible hace tiempo habrían hecho proliferar establecimientos para no fumadores.
Me asusta pensar que la ministro de Sanidad decida, el día de mañana, ante los perniciosos efectos de la cafeína, obligarnos a todos a leer el Marca frente a una taza de manzanilla.
Me pregunto a veces si llegaré a ver el día en que los españoles dejemos de soñar con sacarnos unas oposiciones y empecemos a soñar con crear una empresa exitosa o, mejor aún, despertar de esa duermevela en la que soñamos con un estado que nos protege y comencemos a ser dueños de nuestras propias vidas.
Fumar, al igual que beber, es mi decisión y mi responsabilidad; lo mismo que muchas otras cosas que papá estado me quiere controlar.
Menos gobierno es más libertad y responsabilidad. Basta ya!!!

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