Votos, partidos y mentiras

El ciudadano, cada uno por si mismo, posee un voto.

"La democracia, presupone la celebración de elecciones periódicas mediante el sufragio universal, libre, igual, directo y secreto. Todas estas características se consideran actualmente condiciones necesarias para la democracia y el incumplimiento de una sola de ellas nos remite a un sufragio no democrático, que puede ser restringido, no libre, desigual, indirecto o público.
El voto es una condición necesaria aunque no suficiente para que un sistema político sea democrático. Hay gobiernos autoritarios en los cuales las restricciones para la presentación de las candidaturas alcanzan un grado que impide considerarlos democráticos".

Es en verdad todo el poder que le confiere la democracia y aun cuando muchos se empeñen en gritarnos que es el gran avance de la libertdad, mucho me temo que no constituye otra cosa que el consuelo que le dan a estos pobres esclavos.
Cuál es el poder real del ciudadano común? Una vez, cada pocos años, decidir en manos de quien pondrá su destino. A eso se reduce el poder del voto.
El ciudanano no puede decidir el tipo de instrucción que recibirá su hijo, la lengua en que estudiará, no podrá siquiera elegir el centro de enseñanza al cual enviar a su hijo. Eso es potestad del estado.
Est6e ciudadano moderno del siglo XXI se ve sujeto pasivo de las decisiones que un pequeño grupo toma en su nombre sin realizar consulta alguno sobre los interes de sus representados.
No tiene derecho a elegir a aquellos hombres y mujeres que formarán las cámaras de gobierno, no tiene la potestad de elegir al fiscal general de la nación, cargo que debería servir para defender los intereses de los ciudadanos, de la nación y no los del estado, los del partido de turno.
Los ciudadanos deben sufrir, impotentes, el ver las componendas entre los dirigentes de los partidos políticos a fin de evitar ser castigados por aquellos pocos actos de malversación que logran salir a la luz pública.
Los partidos políticos nos mienten un día si y otro tambien haciéndonos creer que a ellos les preocupa el bienestar de la nación cuando lo único que persiguen es hacerse con el poder, cueste lo que cueste.
Son los partidos políticos, que se dicen garantes de nuestra libertad, quienes establecen leyes y controles que crean monopòlios de facto impidiendo la libre competencia y restando, así, poder de discrecionalidad, por parte del ciudadano.
Las grandes empresas, los miembros del gobierno, tendrán como prioridad, negociar y obtener la bendición de los caudillos de los partidos políticos a expensas del bienestar e interes del público, del ciudadano.
Un estado, cada vez más grande, con mayor número de empleados dependiendo de él no es más que una máquina de hacer mentiras y exclavizar a una pueblo.
Una nación en la que sus ciudadanos no pueden elegir jueces, fiscales, jefes de policia, concejales, diputados, senadores por nombre y apellido, es una nación en manos de una mafia de partidos donde el interes de esos jueces, de esos funcionarios es el de estar a bien con quien les asigna el cargo: el partido.
EL ciudadano no es otra cosa que un escalvo al que hay que convencer, cada pocos añnos, de que necesita de los partidos para ser libre.