22 octubre 2010

Zapatero y la estrategia del miedo

Hubo cambio de Gobierno. Hay nuevos ministros y la estrategia es comunicar. La pregunta que surge es qué quieren comunicar? Nuevas medidas? Cambios en las políticas que se venían tomando hasta ahora? O será, como parece, que lo que se avecina es una avalancha de declaraciones contra el posible triunfo de una derecha reaccionaria.
Zapatero ha vuelto a reinventar el Zapaterismo, ha dejado con la boca abierta a propios y extraños. Zapatero, nos sorprende, otra vez, afianzando a Zapatero, cueste lo que cueste. La misión es mantener en el poder. España y los españoles deberán esperar. Un guiño a los nacionalistas vascos y un guiño a la izquierda con Rosa Aguilar. Quién dijo que no se puede estar con Dios y con el Diablo a la vez?
Mucho me temo que lo que veremos en los próximos meses no serán más que las declaraciones de estos artesanos de la propaganda expandiendo el miedo por todo el país. El miedo a que el trabajador, nunca el ciudadano, pierda los derechos adquiridos. Miedo a esa derecha rancia que no les permite negociar con ETA porque les interesa que ETA siga atentando para desgastar a este gobierno socialista.
Se escribirán columnas enteras de miedo a esta derecha machista y sectaria que quiere seguir exprimiendo a los trabajadores en beneficio de los más poderosos, ya que, no lo olvidemos, los Socialistas están en la tierra para proteger al trabajador de la avaricia de la derecha.
Mientras la derecha no despierte de su letargo y, primero de nada, se sacuda el complejo de confesar lo que es, mientras no se sienta orgullosa de ser justamente eso, de derechas y mejor si liberal, defensores de la libertad del ciudadano, no habrá oposición creíble. Mientras se mantengan en ese espacio gris, tratando de ganar al socialista no dogmático lo único que lograrán es ganar la apatía de su propio bando.
Zapatero, a quien España le importa un comino y a los seis años que lleva en el gobierno me remito, ha jugado sus cartas y las ha jugado bien. Se ha traído a lo mejor del felipismo, una alegría para los suyos, una inyección de moral para el votante socialista dogmático. Ahora nos esperan meses de denuncias, de casos Gurtel, de corrupción Popular, de pedir al PP que arrime el hombro como lo está haciendo el "trabajador".
Y a mi me da miedo, me da mucho miedo, la pasividad de la derecha que hoy comanda Rajoy. España es diferente, aquí, es el gobierno el que ataca a la oposición. La carreta delante de los caballos.

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