06 marzo 2010

Defensores de la libertad

Seis y media de la mañana, el zumbido que precede a la alarma del móvil. Hora de levantarse.Uun par de minutos más bajo las sábanas da inicio a la rutina de un día de semana cualquiera.
El desayuno, bajar a por el coche y dirigirme al trabajo.

Es justo después de arrancar cuando hay unos pequeños segundos de indecisión:la batalla entre la alternativa de sumergirme en la suavidad musical de kiss fm o, algo adormilado todavía, enfrentarme a la brusquedad de la emisora que almacena en el número 6 la memoria de mi radio. Invariablemente es ésta última la ganadora.

La irreverente, crispada, catastrofista voz del talibán de sacristía me da, una vez más, los buenos días y machacante, me grita los desaguisados del día. Unos vienen de derecha, otros de izquierda, no queda títere con cabeza.

Es, como ya habrán adivinado muchos, la voz de Federico Jimenez Losantos en el programa "Es La Mañana", a cuyo mal genio matutino me he habituado cual yonqui trasnochado. Me enerva. Sobre estimula la generación de adrenalina peligrosamente a tan tempranas horas. En no pocas ocasiones, y no por prescripción médica, he dejado de seguirle por breves temporadas. Recaigo, lo confieso. Pocas semanas he soportado las almibaradas, políticamente correctas tertulias bañadas de salsa rosada que me ofrecen otras emisoras.

Las noticias de la mayoría de las cadenas locales no dejan de ser una enumeración de sucesos sensacionalistas buscando captar la atención morbosa de non pensante televidente o radioescucha, cuando no la edulcorada ficción noticiosa de los canales estatales.

Así que una y otra vez termino cayendo en las garras de esos pocos defensores de la libertad que se dan cita en esradio, libertad digital y la ilustración liberal entre otros.

Por Don Federico, a quien "talibán de sacristía" es de lo más florido que le han dicho, debo romper una lanza, cosa que desde hace diez años le debo, porque es desde entonces que he venido siguiéndole a él en La Linterna, primero, a Don Luis Herrero en La Mañana a quien relevó y Don Cesar Vidal que supo cubrir, sabiamente, el vacío dejado por Federico en el horario de la noche.

Estos tres caballeros, liderados por don Federico han creado una suerte de círculo "liberal" donde nada está por delante de la libertad de la persona, así, en singular, huyendo, a Dios gracias, de lo colectivo, rancio y populista.

En la soledad de sus denuncias sobre lo que acontece en Cuba, Venezuela y su circulito bolivariano, los atentados del 11-M y su solidario apoyo a las víctimas del terrorismo, el caso Faisán o la burda negociación del PSO con ETA; estas pocas voces se ven compensadas con los millones de seguidores que día a día les seguimos

Entre esa gente, y sin ellos saberlo, he ido descubriendo a grandes figuras defensoras de la libertad, esas que entendieron hace mucho tiempo que la libertad no es un derecho sin más, sino que es una batalla continua que hay que librar día a día para poder disfrutar de ella.Tu libertad no te la dan sin más, tienes que defenderla cada instante de tu vida.

A traves de Federico y su gente pude descubrir a Jean François Revel, a mi compatriota Carlos Alberto Rangel, Ayn Rand, Milton Friedman, y muchos otros que han tratado de alertar de los peligros que corre el ciudadano antes ese monstruo de mil cabezas al que llamamos estado.

A Federico Gimenez Losantos, Luis Herrero, Cesar Vidal, Recarte, y todo el equipo que conforma el grupo libertad (libertad-digital la ilustración, es radio LD TV) quieros brindaros mi humilde reconocimiento ante la titánica tarea a la que os enfrentáis cada día haciendo despertar en quienes os escuchen, el amor a la libertad, el ser capaces de pensar por si mismos y dejar de ser los borregos a los que el estado subvenciona a costillas de los cada vez menos que producen riqueza en el país.

Lo fácil sería lo rosa de la modorra intelectual, el pasotismo borreguil de una buena parte del país, lo difícil, lo exigente, es ser fiel a unos principios y defenderlos hasta las últimas consecuencias.

Yo, mañana en la mañana, volveré a encontrarme ante el desafío de enfrentarme a las ariscas palabras de Federico y los artículos de quienes escriben en y por la libertad y espero que, mañana también, triunfen las ganas de pensar, de sentir que por pocos que seamos, conmigo, hay uno más.

Un abrazo y ánimo!

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