11 agosto 2008

Georgia: Una guerra de segunda división

Las guerras, al parecer, con todo y sus muertos son como el futbol. Hay guerras de primera y hay guerras de segunda división.

En las de primera división, las masas participan, eufóricas, defendiendo al equipo de su predilección o injuriando con los peores bocablos que boca humana pueda proferir contra los jugadores y equipo contrario.

Lo vemos cuando el equipo rival se juega un titulo en Europa. Hay quienes desean, enconadamente, que ese equipo pierda, aun representando al país en el que viven. En el caso de España, los ejemplos más a mano son el Barcelona y el Real Madrid, llegando a celebrar con fuegos artificiales, los unos, los tropiezos de los otros en la Champions o UEFA, por ejemplo.

En la segunda división, las cosas pasan más "bajo la mesa". Pocos son los que siguen a esos equipos, no despiertan tantas pasiones, o al menos no tan masivamente.

En las guerras ocurre otro tanto. Si están los Estados Unidos de Norteamérica de por medio, creame que habrá manifestaciones multitudinarias en las calles pidiendo la inmediata retirada de las tropas imperialistas yanquis. Los periódicos entregarán en sus primeras planas nítidas fotos con imágenes del sufrimiento de ese pobre pueblo cuyo suelo ha sido profanado por la bota imperialista, sin faltar la consavida foto del niño mutilado, huerfano o peor aún, sin vida.

Si el agresor es otro, por ejemplo Rusia, la extinta Unión de Repúblicas Soviéticas, entonces la guerra pasa a ser de segunda división. Es de esas guerras pacifistas donde los muertos civiles son aquellos que tuvieron la infeliz idea de colocarse debajo de las bombas arrojadas por los Rusos para defenderles de ellos mismos. Se entiende que ante la gravedad de la situación, los nobles militares rusos, desinteresadamente y a riesgo de sus propias vidas, han entrado en acción.

Si los perros de ojos azules yanquis invaden un pais bajo la excusa de evitar un sangriento enfrentamiento entre las partes, las masas sensibles de nuestra sociedad se lanzarán a la calle vociferando para que los imperialistas, movidos por sus mezquinos intereses, dejen a ese pueblo resolver sus diferencias a su manera. Que no se entrometan en las decisiones de un pueblo que tiene todo el derecho a resolver sus problemas a pistoletazos si les sale en gana. Y que, en última instancia para eso está la ONU. Los Imperialistas yanquis no tienen derecho a actuar sin la aprobación y mandato legítimo de la ONU.

Pero si el invasor, que acude en defensa de una de las partes son los Rusos, es distinto, es ayuda humanitaria y los muertos serán, al final, culpa de los de siempre, de los yanquis, imperialistas taimados que incitaron, tácitamente, el inicio de las ostilidades.

Cada vez hay menos gente en el futbol capaz de reconocer que alguna vez su equipo juega muy bien y muchas otras lo hace extremadamente mal y que no por ser, su equipo, acierta siempre ni los fallos son por errores del árbitro.

A veces, no se si como masa somos simplemente estúpidos o si simplemente occidente está ansiosa de suicidarse.

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