15 julio 2010

A mitad de verano

Estamos en el ecuador de Julio. Un mundial de fútbol en bolsillo español. Una España en la que la gente de a pie y sus políticos están no solo divorciados si no a punto de convertirla en el primer país "bananero" de la vieja Europa.

Un país donde solo se puede lucir bandera y símbolos patrios cuando hay una excusa, como lo fue la eurocopa y lo es hoy el mundial. Navajazos de excepción aparte. Debate de la nación en el congreso. Cuál nación, cuál debate. Escarceos de boxeadores temerosos de perder puntos ante el abúlico juez que votará por el ganador en un par de años, a tenor de la afirmación del ilustre contrincante, actual poseedor del título presindencial, "cueste lo que cueste".... y a quien le cueste, añadiría yo.

El calor apretaba días atrás En esta Galicia, perdida en la nación de naciones y olvidada en los quereres de sus propios hijos. Lo minoritario es mayoría. Los menos son más y por ende nos dirán qué, cuándo, cómo, por donde y en qué idioma.

Quiero pensar que los años pesan y el desanimo hoy me atenaza el corazón; que será pasajero, una vez más. Será el calor. O quizás la apatía de estos políticos de profesión, sin metas, sin proyectos de futuro, sin ideas concretas. Y al final resultará que no es de ellos la culpa, más bien son la sencilla consecuencia del aborregamiento de una sociedad que se ha negado a pensar y responsabilizarse de sus vidas.

Bajo el mito de lo gratis, la sanidad es "gratis", la educación es "gratis", las subvenciones "gratis", las becas para recorrer Europa en plan Erasmus son "gratis". Que caro nos está saliendo tanta gratuitidad!,

España pronto estará de saldo. Compre usted cataluña y llévese, "gratis", Valencia y Zaragoza; no solo eso, si hace su pedido antes de fin de més le entregaremos Galicia, las Bascongadas y Navarra, con un juego de traducción simultanea.

Se acaba el botellón, termina la fiesta. Ahora amenaza con quiebra la liga de futbol. Acogemos, como humanitaria prisión de la Alianza de las incivilizaciones, a los expatriados cubanos. Y nos enorgullecemos de que han liberado a "presos políticos" y ahora canalizaremos nuestro esfuerzo a lograr que la Unión Europea no sea tan "maluca" con "la isla". Fidel, Raúl y Chavez, biblia en mano. Me pregunto si, por omisión, es el modelo que estamos aceptando para esta "Expaña" aconfesional y acomplejada. Los bolivarianos se dicen rojos, rojitos. Aquí, en ausencia de país, tenemos a "la roja".

Así nos va!.

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